Incineración

La incineración es el sistema más caro pero reduce el volumen del fango entre un 70%y un 90%, el cual, una vez inerte se puede depositar en vertederos controlados, añadir a masas cerámicas o vitrificar. Este sistema es muy utilizado en países como Francia, Austria, Dinamarca y Suiza.

Existen diferentes procesos de incineración, que dependen del horno donde se realice: hornos de lecho fluidificado, de pisos, mixtos y rotativos.

La incineración en hornos de pisos múltiples se utiliza para convertir el lodo deshidratado en cenizas inertes. Este tipo de incineración es de gran complejidad con lo cual sólo se suele utilizar en grandes plantas. Las temperaturas más altas en este tipo de horno se consiguen en el piso intermedio donde se quema el lodo y el combustible auxiliar para calentar el horno y mantener el proceso de combustión. El lodo que se queme debe tener un contenido en sólidos superior al 15% y si contiene entre un 15% y un 30%, suele ser necesario añadir un combustible auxiliar(4)

El horno más utilizado en la incineración es el horno de lecho fluidificado que es un cilindro vertical de acero revestido con un material refractario. El horno contiene un lecho de arena y orificios para el mantenimiento de la combustión. Las dimensiones del cilindro varían entre 2,5 y 7,5 metros de diámetro. El lodo previamente secado se inyecta y se incinera a una temperatura que puede variar entre los 650ºC y los 980ºC. La evaporación del agua y la combustión de los sólidos del lodo se producen rápidamente. Las cenizas antes de salir del horno se someten normalmente a un lavado(4)