Procesamiento

El reciclado de los residuos procedentes de incineradoras de residuos sólidos urbanos requiere un procesamiento bastante elaborado para obtener un material que sea aceptable desde los puntos de vista técnico y medioambiental. Se deben separar las escorias y las cenizas volantes, llevándose a cabo las siguientes técnicas de procesado en cada una de ellas:

Cenizas de hogar(5) (14).

-       Enfriado de la escoria en agua inmediatamente después de salir del incineradora.

-       Desferrización por medios magnéticos. La separación del hierro es una práctica habitual, mientras que la de otros metales es menos común. Los materiales recuperados se reciclan a través del mercado de la chatarra. Si no se procede a la retirada de esta fracción, el empleo de la escoria puede ocasionar problemas. Es preferible la eliminación de la fracción metálica antes de la combustión para recuperar un producto de mayor calidad, tanto el metálico como la fracción mineral de la escoria.

-       La trituración es una operación que se aplica en algunas plantas y que permite reducir el tamaño de la partícula, ampliándose el campo de aplicación de la escoria para sectores industriales como el del cemento y el hormigón.

-       Cribado con un paso máximo de grano de 20 mm (Bélgica y Holanda) y 60 mm (Francia). La distribución del tamaño de las escorias está condicionada por la materia prima utilizada, pero si se desea emplear la escoria como árido, es esencial controlar su distribución granulométrica, dada su influencia en sus características de compactación y en sus propiedades mecánicas.

-       Eliminación de la fracción más fina de las escorias, ya que en ella se encuentran concentrados los metales pesados (tomando como límite por ejemplo 2 mm).

-       Almacenamiento de la escoria al aire libre durante varios meses (generalmente entre 1 y 3 meses) con el fin de obtener estabilidad volumétrica mediante un proceso de maduración.

La escoria recién extraída del foso es relativamente reactiva. Algunas sales de metales están presentes como óxidos, hidróxidos y cloruros. La exposición a la atmósfera permite que en el seno de la misma tengan lugar procesos de carbonatación e hidratación. Estas reacciones reducen el potencial de lixiviación de los metales presentes en las escorias, con lo que se reduce su impacto potencial sobre el medioambiente. Así pues, la maduración tiene lugar dejando expuestos los acopios a la acción de la atmófera. Este almacenamiento forma parte del tratamiento integral al que se someten las escorias y durante el mismo se han de analizar los lixiviados producidos y si fuera necesario someterles a tratamiento adecuado. Paralelamente, Ddurante esta etapa al aire libre es necesario tomar precauciones para que el contenido de humedad de la escoria alcance o conserve aproximadamente el nivel del óptimo Proctor.

Cenizas volantes(3 (15)

-       Lavado de las cenizas volantes que permite eliminar en casi un 90% el contenido de cadmio y cloruros y en un 50% los sulfatos y el zinc.

-       Estabilización y la solidificación que a menudo se combinan para conseguir el mejor resultado posible con el fin de reducir los lixiviados de los componentes peligrosos.

La solidificación es un proceso físico para encapsular los residuos con un material aglomerante. No implica necesariamente una reacción química de los contaminantes con el agente solidificante, por lo que no es por sí misma un tratamiento que altere la peligrosidad del residuo, aunque puede reducirla al interponer una barrera física entre este y el medio ambiente, reduciendo su movilidad o disminuyendo el área efectiva disponible para su difusión, a la vez que también permite un mejor manejo del residuo.

La estabilización es un proceso químico que transforma elementos contaminantes solubles en elementos con menor capacidad de solubilidad al añadir ciertos reactivos. Esta conversión puede incluir una solidificación del residuo por medios químicos, aunque en la mayoría de los casos se trata de procesos que permiten insolubilizar, inmovilizar, encapsular, destruir y, en definitiva, transformar el contaminante en una forma mucho más estable o menos tóxica. En el caso de las cenizas volantes, puede utilizarse el fosfato como agente estabilizante, formándose sales de baja solubilidad, cicunstancia que determina una menor lixiviación de metales.

Para la solidificación se utiliza normalmente cemento. Las cenizas cementadas han sido consideradas como residuo no tóxico, ni peligroso. Sin embargo, en caso de no efectuarse la operación correctamente (relación agente/residuo incorrecta, incompatibilidad, tiempo de fraguado…) puede agravarse la situación al aumentar el volumen de residuo que hay que gestionar.

-       Tratamiento térmico que implica la fundición de residuos a elevadas temperaturas desde 1.200 a 1.500ºC para transformar las cenizas en cristal no nocivo y muy estable (vitrificación). De esta forma se destruyen rápidamente las dioxinas y otros componentes orgánicos, disminuye su volumen y se facilita la recuperación de metales. Este tratamiento se puede combinar con el anterior. No obstante, dado su alto coste, se ha empleado sólo en casos muy excepcionales.